Alineador Nº 1

Holiii,
Recuerdo como si fuera ayer mi primer alineador de Invisalign. Eran las 15:30 del viernes 13 de enero de este año... disponía solo de media hora para estar en la clínica y a las 16:00 tenía que estar camino del aeropuerto!!
Me dio una caja, la abrí y dentro estaban las dos famosas cajitas de plástico roja y azul que tanto había visto en diferentes blogs. (en la azul metes el alineador que estés usando en ese momento cada vez que te lo quites y en la roja metes el anterior alineador por si pierdes o se rompe el que estás usando).

Me explicó que mi primer alineador sería de adaptación y que no llevaría ni ataches* ni botones*, pero que a partir de ahora tenía que ser disciplinada, quitármelos para comer o beber (solo se puede beber agua con el alineador puesto), limpiar mis dientes y los alineadores siempre que me los quite, pasarme seda dental después de cada comida "la seda dental será tu nueva mejor amiga" y morder un palito como de goma durante unos segundos para asegurarme que el alineador está perfectamente encajado.
*Ataches: Son unos añadidos del mismo material usado en los empastes que van pegados a determinados dientes (en cada caso tienen un forma o posición diferente) y así consiguen que el alineador se agarre mejor y haga la presión que cada diente necesite para obtener el movimiento deseado.
*Botones: Son unos ganchitos pegados a algunos dientes en los que se sujetan unas gomas y así ayudan a mover mucho más los dientes. Cuando los tienen que ponerlos en zonas más visibles los ponen del color del diente y cuando están en zonas más ocultas son de color metálico.


Y por fin veo mi primer alineador!! Me lo pone, me da un espejo, me miro y wow!!! Es súper discreto!! Realmente no se nota nada, lo notas tu porque sabes que lo tienes y te miras en el espejo constantemente, pero la gente no se da cuenta!
Os dejo una foto con mi primer alineador.
En mi opinión los dientes se ven más bonitos con los alineadores puestos, están como más blancos y brillantes, y se notan mucho menos las imperfecciones.

Ahora viene la parte no tan bonita :) Primeras sensaciones con el alineador:
Al principio me costaba hablar bien, sensación de tener un chicle pegado en el paladar y me sentía un poco como Rajoy hablando haha!

Pero bromas a parte la verdad es que en Londres lo pasé bastante mal, el alineador de abajo me rozaba en el interior del labio inferior, la lengua me rozaba muchísimo con la parte interior del alineador de abajo, era como cortante y nunca en mi vida he tenido los labios tan secos y agrietados. Quitarme el alineador me resultó bastante fácil desde el principio pero sentía tanta presión en todos los dientes que prefería tenerlos puestos que quitados.
Comer era molesto, porque no puedes masticar bien por el dolor en los dientes y lo peor era que en Londres a veces comprabamos cosas para comer y en el coche nos las comíamos de camino a algún sitio y teníamos que parar para que me limpiase los dientes con una botella de agua en mitad de cualquier carretera. He leído por ahí que a la gente le da vergüenza limpiarse los dientes en los baños de los bares o restaurantes... no me los quiero imaginar en la carretera con una botella de agua hahaha!!

El momento en el que realmente noté lo que me dolían los dientes fue una tarde paseando por cualquier calle de Londres encontramos una tienda llamada Casa Manolo donde vendían jamones, embutidos, quesos.... y claro.... en el escaparate nos llaman unos bocadillos de jamón ibérico con una pinta increíble!! Y allí que me veo todo emocionada quitándome los alineadores para pegarle un bocado a ese pan crujiente y ese jamón brillante... y zas! No puedo. Siento tanto dolor que no puedo partirlo bien, no puedo masticarlo bien. Cada mordisco es igual a placer por el sabor y dolor a partes iguales. Pero por mis piiiiiiiiii que me lo comí!! Tardé media vida y sufrí bastante, pero en ese momento sentí que era el mejor bocadillo de jamón que me había comido nunca (después de estar días comiendo comida inglesa).

El dolor de los dientes fue remitiendo poco a poco y al tercer día ya no sentía casi nada, todas las zonas en las que me rozaba el alineador de abajo fueron calmándose cada día un poquito (no llegué a tener ninguna llaga por suerte). El quinto día ya me había acostumbrado y era como si no llevase nada en la boca.

En la siguiente entrada os contaré como me fue con mi segundo alineador (es el que llevo ahora) con ataches, botones, gomas....etc y os pondré fotos de mi boca con los alineadores y sin ellos.

Lidia